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Disfunción eréctil
La disfunción eréctil (DE, abreviada) se refiere a la incapacidad persistente o recurrente de un hombre para lograr o mantener una erección del pene suficiente para mantener relaciones sexuales. El término también se utiliza a veces para referirse a la impotencia, aunque en la terminología médica se utiliza ahora casi exclusivamente el término disfunción eréctil.
Los problemas ocasionales de erección son normales y normalmente inofensivos. Sólo si las dificultades persisten durante un periodo de al menos tres meses y se perciben como una carga, se diagnostica disfunción eréctil desde un punto de vista médico.
El desarrollo de una erección es un proceso complejo en el que deben colaborar varios sistemas corporales:
- Sistema nervioso (para la excitación y el control sexual)
- Vasos sanguíneos (para que llegue suficiente sangre al pene)
- Equilibrio hormonal (por ejemplo, niveles suficientes de testosterona)
- Musculatura (músculos finos del esfínter para la congestión sanguínea del pene)
Las causas de la disfunción eréctil pueden ser orgánicas (físicas), psicológicas o una combinación de ambas. Las causas orgánicas más frecuentes son
- Trastornos circulatorios (por ejemplo, hipertensión arterial, diabetes mellitus)
- Daños nerviosos (por ejemplo, tras operaciones o en caso de enfermedades neurológicas)
- Trastornos hormonales (por ejemplo, deficiencia de testosterona)
- Efectos secundarios de la medicación
Las causas psicológicas incluyen el estrés, la presión para rendir, los trastornos de ansiedad o los estados de ánimo depresivos.
El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir
- Cambios en el estilo de vida (por ejemplo, perder peso, dejar de fumar)
- Medicación (por ejemplo, inhibidores de la PDE-5 como el sildenafilo)
- Terapia hormonal
- Psicoterapia
- Terapias físicas o medidas quirúrgicas
A menudo, la disfunción eréctil puede tratarse con éxito, de modo que la función sexual y la calidad de vida pueden mejorar significativamente.
Este contenido es sólo para fines de información general y no constituye consejo médico, diagnóstico o recomendaciones de tratamiento. En ningún caso sustituye a un examen o tratamiento profesional realizado por un médico colegiado. Si tienes algún problema de salud o dudas, consulta siempre a un profesional médico, especialmente si tienes alguna pregunta sobre cirugía íntima o salud sexual.